El sendero discurre en su totalidad por el Parque Regional Cabo Cope y Puntas de Calnegre, permitiendo disfrutar de los valores naturales y culturales que lo han hecho merecedor de esta figura de protección. A lo largo de su recorrido, pasaremos junto a algunas zonas de anidamiento de diferentes especies de aves, numerosas calas de singular belleza, restos de asentamientos romanos, un criptohumedal situado en la playa del Saladar e incluso un orificio en el suelo del que emana agua termal. Se trata de un sendero con un tramo lineal (ida y vuelta) y otro circular, coincidiendo en parte de su trazado con el GR-92 Sendero del Mediterráneo, concretamente, desde la Playa de la Galera hasta la Playa del Pocico del Animal. El recorrido no presenta ninguna dificultad técnica.
Tras atravesar la primera playa, podemos observar la "Chapa de los pájaros", pequeñísimo islote plano dónde es muy fácil ver ejemplares de Gaviota de Audouin y/o de Cormorán Moñudo secándose al sol. A pesar de ser especies amenazadas, las poblaciones que aquí encontramos se encuentran en muy buen estado de conservación.
Al llegar a la playa del Saladar (o del Salar), encontramos un tipo de humedal en el que el agua no llega a la superficie, llamado criptohumedal. En estos ecosistemas, el agua no llega a aflorar pero se queda muy cerca, empapando las raíces de las plantas. Además, cuando los temporales azotan la costa, el agua de mar llega a inundar la zona; lo mismo sucede cuando la rambla que lo atraviesa lleva agua.
El suelo está compuesto principalmente por margas y arcillas, que son materiales impermeables, lo que hace que el agua salada quede atrapada formando grandes charcos que, al evaporarse, dejarán en el suelo costras de sal como huella de su presencia. Esto los convierte en refugio de especies altamente especializadas y de gran valor científico (salsola papillosa), que son capaces de sobrevivir en estas condiciones extremas.
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